domingo, 27 de marzo de 2011

Tengo una manía...





Tengo una manía


Tengo una manía. Cuando salgo a comer afuera me repito en unos pocos lugares que atesoro, como secretos bien guardados. No es que rechace la novedad ni mucho menos, pero las malas experiencias, y hasta una simple disconformidad , pueden jugarme una mala pasada. Con los cines es lo mismo, un puñado de salas me aseguran no solo el confort necesario, sino el ambiente ideal desprovisto del bullicio general que provocan los adolescentes, sus constantes parloteos y graznidos desde las butacas vecinas, aunados a los mensajes de texto y risotadas absurdas.
Me abstengo de ciertos lugares. ¿Qué hay de malo en ello?.
Las salidas a cielo abierto no son mi fuerte. Pero de vez en cuando me veo compelido a efectuarlas, básicamente por mi mujer. Mi malestar comienza, cuando percibo el paseo montado como para las grandes masas. Colas en las autopistas para llegar a un destino, superpoblado de turistas de ocasión.
Compradores compulsivos de souvenirs, materos sonrientes. Colas y más colas.
No, a mi dejáme en casa , tranquilo, leyendo, escuchando música, mirando la tarde pasar...
Me gusta ir a las ferias. Eso sí, a las de anticuarios, de objetos usados, de cosas con pasado y memoria. Artesanías.
Quedarme horas observando detalladamente cada una de los objetos, su procedencia. Mirar por mirar, no porque lo necesite, simplemente porque lo desee.
Tratar de hallar una ganga , que justifique el paseo, o tan solo disfrutar de él.
Nada de trashumar con el rebaño, de participar del circuito de los medias tintas apáticos, indolentes.
Disfrutar de un jugo de naranja exprimido, o un choripan en la calle. Comprar libros usados en los parques, ropas y a final de tarde entrar a un bar a chusmearlos…
Tampoco soy un comprador compulsivo, medito bastante antes de adquirir algo, y observo todos los pormenores antes de una compra. Lo que adquiero, realmente es algo de mi agrado, necesario o no.
Lo compro porque quiero, nadie me instó a comprarlo.
Los domingos por la tarde, me gusta estar en casa a eso de las 20:00hs a más tardar. No es que al día siguiente me levante temprano, simplemente en mí, se acciona un “toque” de recoger.
Cuando no tengo nada que hacer, miro películas viejas, o repaso los libros de Fontanarrosa.
Ultimamente compro las ofertas de supermercado en los días convenientes de la tarjeta de crédito.
Cupones de descuento de internet, cargo nafta los días jueves en la “ Shell” ,lunes y miércoles en “ Coto”, sábados en “Falabella” etc.
Junto todos esos “ puntos”, para Aerolíneas Plus. Chequeo las preguntas contestadas en Mercado libre, y las redes sociales Facebook, Hotmail, y Orkut.
Lo que se dice, un antisistema…

Esteban Silva

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