viernes, 27 de abril de 2012

S/T




El triste despertar de la ciénaga
arrojó cuerpos a su paso
En una diatriba premeditada
se atrincheraron para atacar
A una generación de pabellones rojos
y arrebatos

Intentado tapar el hueco de sus sombras
construyeron otro mundo
dónde los impíos no reinaban
Tan sólo los huesos enmohecidos
esperaban por su sangre
en el anonimato de un registro
a sabiendas

Faro sinóptico
aullidos del pasado
Siempre presente
en la memoria de los justos

Esteban Silva

lunes, 23 de abril de 2012

Sangre


Recuerdo haber estado disertando en una clase de universidad. Y recuerdo una sensación de beneplácito al escupir mis palabras a la platea atenta. Mayormente mujeres, el tema versaba en cuestiones de género. Una panorámica axial me entregaba la vista perpleja del conjunto. Estupor, por la sorna acaecida. Rabia contenida, apenas disimulable por el hecho de estar frente a un superior en su breve pero entonado discurso.
Me regodeaba en el hecho de tenerlas cautivas. Pocas re preguntas acaecían. Estaba acostumbrado a ellas, pero el impacto había sido tanto, que sin duda el silencio reinaba como una afirmación.
Hasta que del conjunto, se irguió una joven aproximándose a paso lento. Veía firmeza en su andar. Como aquel que va a entregar un reconocimiento una medalla.
A pocos pasos levanto su mirada, tierna ,grácil. Estrecharía mi mano sin duda.
O mejor, se entregaría en un abrazo consolador que la sobreseyera de su culpa.
El brazo pegado al cuerpo, describió un semicírculo. A media altura, pude ver cómo su mano aferraba un estilete filoso color plata. En la trayectoria atroz un destello iluminó su hoja. La platea reflejada, se hundió en mi yugular.
Me tomé del cuello intentando infructuosamente detener la herida. En vano, de entre los dedos manaba sangre a raudales.
Y fueron compareciendo a intervalos cada una de las asistentes, provocándome los más enfurecidos apuñalamientos.
A esta altura ya no podía ver . Cegado por los continuos embates, mi rostro se despellejaba a jirones. De rodillas, a punto de perecer, sólo esperaba el final del suplicio.
Hasta que unas manos se posaron en mi rostro. De conmiseración pensé. O de justicia.
Y de apoco se fueron resbalando por la superficie tibia y viscosa.
Sus manos, encontraron las mías. Y pensé transmitirle el sufrimiento por el que estaba pasando, cuando pude comprender.
Que tan sólo quería, llevarse mi último aliento…

Esteban Silva

sábado, 21 de abril de 2012

S/T




Fuiste un código
una contraseña olvidada
en la brevedad de mis días
Y para ser sincero
ya no te recuerdo entusiasmado
El color ocre de tu pelo
que a veces era nuez
con el pasar de las horas
Ese marginar que hace al alma
y que alguna vez reflexioné
en silencio de perfidias

Todo, ha sido sepultado

Y si hoy evoco tu memoria
no es por querer iluminar
la oquedad aciaga que enaltece
todo lo ido
las hojas marcadas

Una angustia se apodera
engendra un eco
que rebota en mil latidos
zurciendo los retazos deshilachados
de una historia

Juraría
que nuestros destinos
nunca más arribarían
a ese claro de insomnio desvelado
que sólo los enfermos sentimientos
apoderan

Hasta que volví a verte
En la paradoja axial del destino
Por acaso

Y no supe que decirte…

Esteban Silva


lunes, 16 de abril de 2012

El Ser Argentino




Leyendo “ La esperanza de los argentinos” de J .L Borges se me ocurrió divagar en algunas consideraciones que nos atañen en la actualidad. En los finales de los 90´, otro ensayo de las mismas características abordo la compleja tarea de indagar al respecto del ser nacional. “ El País de Las Maravillas”, de Mempo Giardinelli. En él , diversas cuestiones referidas a la ciudadanía son tratadas con carácter antropológico.
Tal vez, el primer ensayo profundo que indagó en los habitantes de estas tierras sea: “ Facundo” de D .M. Sarmiento, pero para ser más precisos, ese título es una respuesta de orden político a un personaje de la historia Argentina que bien hubiese podido representar a una extensa franja de la población para finales del siglo XIX.
Ahora, cómo en todas las épocas, no es lícito preguntar: ¿ Existe el ser nacional?. Un ente argentino con características propias y particulares, distinguibles del resto del mundo. O tan sólo, algunos rasgos distintivos, asoman en las manifestaciones culturales de nuestro tiempo, haciéndolas claramente identificables.
El ser nacional, argentino si se quiere, es punto de maduración de una sociedad, que a través del tiempo ha logrado imponer un legado característico. Una impronta que se transmitirá para bien o para mal a las generaciones venideras. Una base de moral imponible, que el conjunto de los habitantes adquiere cómo marca indeleble.
Sin pensarlo, todos la adquirimos. En los pequeños ensayos de los actos públicos. En el maniqueísmo de nuestros representantes. Y no hablo sólo de los políticos, hablo de las figuras públicas. Sobre todo de aquellas que tienen alcance a los medios masivos de radiodifusión. ¿ Quién es el ser argentino promedio en la actualidad?
¿Maradona? : Un ser de ocurrencias inimaginables poco adscripto a las reglas, contradictorio por antonomasia, capaz de emplear cualquier recurso disponible para la prosecución de su empresa.
¿ Tinelli?: El argentino medio , canchero que explota las bajezas de la sociedad y hace de ella un culto cómo medio de vida.
¿ Susana?: El sueño de la oligarquía local, que vive de rentas con sus ojos puestos en el exterior.
¿Habrá un horizonte de superación, fácilmente distinguible de la greda que nos compone?
O estamos condenados, cómo sociedad a adquirir los vicios de la falta de ética, anteriormente citada. Creo, que no hay respuestas sencillas a cuestionamientos tan complejos.
También hay modelos loables, dignos de imitarse en nuestra sociedad. Pero son los menos. Uno de los problemas que enfrenta el ser nacional es su manifestación, es la portación de una voz calificada que los represente.
Somos una nación de escasos doscientos años. En ella operaron distintas circunstancias de gestación. En principio, contamos con una población aborigen de distintas etnias distribuidas a lo largo del todo el territorio. Es ese, el génesis de la matriz poblacional de nuestra nación. Cómo es sabido, fuimos colonizados por españoles. A través del tiempo distintas oleadas de inmigrantes ingresaron al territorio sumándose al flujo natural, remanente de las distintas campañas que diezmaron alas habitantes naturales.
Pero en la proporción, siempre impero la matriz europea. Tanto del lado de España cómo posteriormente de Italia, nuestro suelo vio germinar a un habitante con características singulares: “ El ciudadano apátrido”. Una persona que no reconoce en la su sangre, el contacto con la tierra que lo vio nacer. Su identidad, ha quedado trunca. Dividida en la tradición de sus ancestros. Rendido ante la evidencia de los pueblos originarios, que se observan a simple vista, cuando se aleja del epicentro.
Esta exégesis de interpretación, no lo debidamente consultada aclaro, se me ocurre pertinente al haber asimilado algunos estudios similares.
En “O povo brasilero” ,Darcy Ribeiro, explica la matriz que dio origen al ser brasileño.
Ahí podrá observarse a las claras, cómo tres componentes arriban a la hora de formar al habitante autóctono. La sangre europea, provista por los portugueses ( que arribaban al continente sin sus mujeres ), el indio del Amazonas y la raza negra esclava, proveniente del Africa. Es esta mezcla, tripartita, que en la temprana edad de Brasil arrojó a un ser característico distintivo. Un ser que se observaba en todas y en ninguna de las partes.
Un ser, que renunciaría al deseo subyacente de retorno a la madre patria.
Que justamente por no poseerla, tornaría cómo propia a ésta. El suelo natal.
La Argentina de hoy, no ha conseguido la miscegenación necesaria que diese como resultado a un argentino prototípico.
Todavía nos debatimos regionalmente cómo seres latinoamericanos con amplias referencias europeizantes.
Sin duda, todo se debe al modelo de país claramente centralizado en la capital.
A la postre, todas las características intrínsecas de ella, se proyectarán hacia el resto del país , quitándole oportunidad de manifestarse en la medida adecuada.
Pero entonces, ¿es sólo una cuestión de tiempo?, lo que nos lleve a la identificación del ser nacional por antonomasia. O hay otros factores que se integren al proceso, pudiendo advertirlos en la debida forma.
De algo estoy seguro: de los intentos frustrados por manipularlo. Tanto en la vertiente genetista ( Inmigración por caso ) o de las voces autorizadas que a lo largo de la historia, no han podido subrayarlo..
El ser nacional se construye.
Día a día. En los actos públicos de sus representantes. En el comportamiento como nación, en el conjunto de naciones. En los referentes ilustres que sirven de ejemplo a la Nación, o del lastre habitual al que estamos acostumbrados.

Esteban Silva

sábado, 7 de abril de 2012

Retórica




Retórica

Cómo en arquitectura, la forma se subordina a la función. Visto de esta manera, lo escrito tendría por función de antemano alguna emoción premeditada.
Pero no siempre es así. Lo que me refiero cómo forma, es el tipo de escritura. El marco ideal para la transmisión de una idea, un concepto aparentemente previo al desarrollo.
El envase contenedor, en ritmo y figura. Aquello que Borges denominaba expresionismo o impresionismo como formas elementales del artista. Hoy en día se hace difícil distinguir entre categorizaciones. Pareciese que todo coexiste. Que ya no queda margen para expresiones nuevas, sino para re elaboraciones.
Tan difícil como crear un color nuevo, o una nota musical.
Están también los nuevos medios de divulgación, como sub forma. Hermanos menores de la escritura en papel. Hoy en día, el papel adquiere una jerarquía inusitada.
Se ha creado una nueva pirámide. En la cúspide, el libro objeto.
En los márgenes, los medios electrónicos. Dónde se debaten las ideas.
La inmediatez que corre por los canales habituales, genera guetos. Bolsas estancas dónde se celebra la parte por sobre el todo. La especialización.
Y si ( if ) en este momento, cambiase el interlocutor de esta conspicua reseña, por el monólogo interno de una piedra de jade, o las consideraciones reveladoras de la savia vegetal que corre dentro de los musgos, ¿ sería posible interpretarlas?.
El punto de vista desde lo visual es fácil de distinguir. Ya en la escritura, nos apoyamos en las consideraciones previas que hacemos del autor. Pero estamos a ciegas.
A cada vuelta de página, podrá asestarnos una estocada fatal. Que cambie para siempre la mueca estentórea de la risa fácil, por asombro.

Esteban Silva

miércoles, 4 de abril de 2012

M



M

Regresó a su tierra
de carnavales y oropeles.
Para volver a equivocarse.
Acaso el destino le brindó
la oportunidad de redimirse
y en su impulso ciego
de querer retener
aquello que no era suyo
engendró un hijo

Una mujer se transforma en dos
Un reto se impone como huella
El de transitar la soledad de sus días
acompañada por su sangre
Y en el correr del tiempo
tal vez logre
Transformar en valor
sus temores
sus caprichos de niña
enceguecida
La terquedad juvenil del desamparo
de querer vivir un sueño
que soñándolo
alucinaba

Esteban Silva