En el Camino
Desvirtuado, recorrí las horas libres de mi conciencia. Que no son tantas, ni horas.
Tan sólo fragmentos emergen, queriendo abrevar.
Hoy no tengo nada que decir. Y aún así digo. Que la soledad acompaña a la multitud cuando la voz calla.
Muy adentro. Interior, jornadas de asfalto rebasan la piel que transporto.
El clima y la sed detienen mi marcha. Para reflexionar: de todo aquello que nos es dado y falta, en el vacío de no pertenecer.
Hay un logro inexpugnable, no voy a negarlo, en el hecho de la conquista.
Algo supremo, elemental. Cómo crear un poema.
Esteban Silva
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