viernes, 15 de abril de 2011

Una vez soñé.




Una vez soñé que había soñado.
Y el recuerdo vago, impreciso, era una abstracción.
De escenarios poblados de lugares comunes y personajes conocidos.
La trama, un enredo de traumas irresueltos a la espera de análisis pertinente.
La motivación, una angustia persistente ante la proximidad de un cambio laboral.
Fobias sublimadas, metáforas de bajo nivel expresivo, trasfondo existencial a la espera de resolución.
En fin, como decía, una cagada mi sueño…

Esteban Silva

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