sábado, 13 de julio de 2013

Breve análisis comparativo entre :“ La Edad Hiboria/Conan” de Robert Ervin Howard y “La tercera edad de la Tierra Media/El señor de los anillos”, de J. R. R. Tolkien.



Para los admiradores del género de las historias épicas y relatos, estas dos grandes obras constituyen un logro denodado, con pocos puntos de contacto entre ambas, pero con una gran similitud en cuanto a la génesis histórico/literaria de las mismas.
La “ Edad Hiboria” fue concebida en los años 30´ por Howard, y constituye la base del relato en dónde se desarrollan las historias de su personaje mítico: Conan.
En su contracara, “ La Tierra Media” es el lugar dónde se desarrolla la saga” El señor de los Anillos” de Tolkien, parte de la tercera edad, descripta en el “Silmarillion”, obra antecesora a la saga y que sirve de base a los posteriores relatos. Sus personajes principales son varios, y varían de acuerdo a la evolución de la historia. A saber: Frodo Bolson, Bilbo Bolson, Gandalf y Aragón son los grandes protagonistas.
Las historias de Conan en cambio, lo tienen a él, exclusivamente como portador del relato. Habrá partenaires ocasionales secundándolo ( mujeres, guerreros ), y hasta habrá un rival de turno para la solución del conflicto.
Entonces, si ambos relatos distan lo suficiente como para poder intentar un análisis, porque insistimos en relacionarlos. Muy simple, ambos transcurren en una virtual proto-era de las mismas características y ubicación. Las dos tienen como base a una Europa primigenia, con el agregado de Asia Septentrional. Las dos son de al menos 10000 AC.
Ambas comparten al menos, una ciudad entre sus hipotéticos territorios: “ Asgard”.

En la génesis de la “ Edad Hiboria” debemos relatar un poema que la antecede, y fue la base para la construcción del mito. Howard escribió: “Cimmeria” emulando a su tierra natal Texas, extrapolando características de la región americana y volcándolas a su relato en la tierra mítica de Conan. Los salvajes Sioux americanos serán los “ Pictos” en la nueva Saga. Las historias de Plutarco, también serán tenidas en cuenta por la pluma de Howard, que vería en la historia real documentada la base de su pseudo-historiografía . Howard fue un autor que escribía sus relatos por encomienda de las compañías editoriales. Éstas, editorializaban la historia a medida de las entregas y le marcaban el tono necesario para la prosecución de su empresa. Así y todo, Howard se las ingenió para continuar con sus historias que eran acompañadas por profusas ilustraciones e inundaban el mercado de historietas.
En ese sentido, la concepción de la obra de Tolkien difiere bastante a la de Howard.
Su base histórica al menos es nula. No tiene puntos de contacto con la historia clásica.
Es un relato totalmente fantasioso, que se vale de un territorio enigmático, que bien podría ser Europa, Euro-Asia, pero que no se corrobora con el mapa geográfico de esa región.
En la Edad Hiboria la región de Nemedia es conformada por los pueblos de origen germano, que bien podría presuponerse similares a : Rohan, Lorien, Angmar, Eregon, Rivendel o la propia Moria. Son humanos que derivan de las sagas nórdicas y que tienen origen en la primigenia Middgard de los escandinavos. Midgard, es la “Tierra del Medio”, tierra habitada por los hombres y de la cual, Asgard es una de sus principales ciudades. En ese preciso punto, coinciden ambas sagas: en Odín.
Pero en los dos relatos, este dios escandinavo es obviado del panteón, y sólo se toman sus sagas para reconstruir la propia historia, revertida en diversos personajes.
El reino de Cimmeria, dónde surge el bárbaro Conan, sostiene una lucha sin cuartel contra el dominio de Aquilonia, del que finalmente será su rey un día.
La tierra media verá surgir al fin de la tercera era a un nuevo rey: Aragon, que por fin podrá reunir la paz y hermandad entre hombres, elfos, enanos y hobbits.
Algunos autores señalan que la Aquilonia, Zyngara y Zamora Hibórea, representan en verdad: Francia, España y Portugal respectivamente. Que la rivalidad costera y de ultramar de Zyngara y Zamora, emulan la disputa luso-española por la ruta de las especies y el dominio de las aguas. Aquilonia, siempre tuvo rivalidad con éstas, y en algún momento se impuso sometiéndolas, como en el caso de Napoleón.
Quizás, “ la comarca” hobbit se sitúe en estos plácidos territorios de las campiñas francesas u española.

La “ Hykrania” Hibórea, es sin dudas Ukrania. Bien podría corresponder a las tierras contiguas a “Rhovanion”, un lugar poco explorado por Tolkien.
Hay ciudades pseudo-helénicas en Conan cómo Argos y Stygia. En el señor de los Anillos: Eregion y Eryn ( puerto elfo ).
Pero uno de los fenómenos fundamentales que debemos citar en este análisis comparativo, es la similitud conceptual del mal que enfrentan ambas historias.
En la saga Conan, el principal reino de las serpientes ( Thulsa Doom ) está regido por Thot Amon. Como en el Señor de los Anillos, será necesario destronar el reinado del mal al que tiene sometido este impiadoso servidor del mal ( Mordor ).
Sauron es un ente maléfico que se vale de un mago para reunir sus ejércitos y combatir a la Tierra Media en su totalidad. Ambos dirigen ejércitos de zoombies con un único objetivo. Sojuzgar a la humanidad. Tenemos que pensar que para cuando fueron concebidas estas obras, el peligro real del creciente nazismo se extendía cómo un hipotético escenario en ciernes.

También podríamos decir que ambas historias contemplan un pasado que surge de un cataclismo en el que se vieron involucrados dos pueblos antecesores. Los atlantes y los de Lemuria. Tolkien y Howard, tuvieron dos vidas muy disímiles. El primero fue profesor catedrático de anglosajón hasta su muerte en 1972. Howard se suicidó a sus escasos 30 años. Sus historias fueron continuadas por decenas de autores.
En las historias de Tolkien, se puede advertir el sesgo religioso del autor. Católico y conservador , encarna la eterna historia de la lucha del bien contra el mal.
Las tropas de Aragon y Boromir enfrentan a sus adversarios como los cruzados de la edad Media en la “ Tierra Santa”.
Ya la visión de Howard es despojada. Conan, acaso, reconoce autoridad en un dios al que es preferible no nombrar: Crom.
La lucha que encarna, es contra un mal circunstancial. Apego a las costumbres y goces de los humanos, su búsqueda es solitaria y egocéntrica.
Dos visiones se reunirían por esas épocas. Una romántica, de ribetes religiosos y conceptualismo ético. Otra, pragmática y segada.
Dionisínica, diría.

Esteban Silva



viernes, 5 de julio de 2013

Un nuevo gobierno, un nuevo dios.



De todas las cosmogonías, la egipcia, es tal vez la más concerniente a mis obsesos deseos. De mitologías abandonadas por el transcurrir de los siglos y de las escasa voz que encuentran en los contemporáneos.
Empáticamente hablando, me encuentro a su merced. Es una gran contradicción para un agnóstico depurado, admitir verse involucrado ante tamaño panteísmo.
Pero la empatía que refiero, no tiene origen filosófico o religioso. Es una verdad de peso los logros que obran a favor de esta civilización. Que es la nuestra por otro lado; lejos estoy de suscribir acomodaticias teorías de alienígenas ancestrales.
Esos logros no se resumen únicamente en el campo de la arquitectura. Que por otro lado, tiene implícito todo un trasfondo de astronomía y algebra. También podemos hablar de representación artística, medicina, química y logística.
A favor de quienes abonan esas teorías, podemos señalar la rudimentaria era de bronce a la que arribaron los egipcios en su cúspide. Los artefactos que nos llegan a través del innumerable acerbo, no incluyen metales resistentes como el acero u otros.
Los egipcios llevaron a su máxima expresión su cultura. La replicaron con constancia, en los materiales a los que tenían acceso. No inventaron la forja, ni el concreto.
No surcaron los mares en busca de nuevos horizontes. Su legado se extiende a lo largo y ancho de los márgenes del Nilo. Hasta la propia Nubia.
Cómo los Neardental, coexistieron con una raza superior: La civilización occidental.
A manos de estos últimos, vieron transferir toda su herencia en el imperio tardío.
Los helenistas fueron piadosos con su impronta. Adquirieron algunas de sus costumbres y ritos. Por honorabilidad.
Ya los romanos, vieron en Egipto ( como en todos los pueblos de la región ) un recurso de suministro e impuestos a sus conquistas.
Es dable a suponer, que su visión primigenia de infierno-cielo-purgatorio traspasase a la civilización judeo-cristiana. Cambian los personajes y las circunstancias tan sólo.
Las civilizaciones antiguas, deidificaban por nepotismo. Al entorno familiar y a su prole. Pero el origen de su cosmogonía, es filosófico, no histórico.
Se basa en la creencia de los factores astrológicos y mundanos asignándoles representación. Ya Akhenatón en el imperio medio ensayo el monoteísmo. La casta de escribas no se lo permitió. Egipto retorno al oscurantismo panteísta de fórmulas y ritos.
La civilización moderna, suscribirá los mismos pasos.
Los dioses son los gobiernos, a los cuales sus administrados ( pueblos ) erogan representación. Para que haya un solo dios, deberá haber un solo gobierno.
Sólo así, podemos observar la difícil transición en que se encuentra la humanidad.

Esteban Silva