miércoles, 24 de agosto de 2011

Séptimo Círculo



El diario de la muerte tenía instrucciones precisas para los allí reunidos.
Sus órganos vitales removidos ocupaban los recipientes canópicos de alabastro. Tendidas en mesas de piedra, con el cuerpo abierto de su reciente ablación, las almas suplicaban en silencio. Un fuego de lenguas arrancadas ardía en el recinto. Un olor acre y nauseabundo se esparcía, dándoles la bienvenida a los recién llegados. Muchos provenían de la casa de los dejados. Otros habían ingresado por la espiral recurrente de su falsa moral y falta de ética. Todos eran dignos de tormentos. Su martirio estaba garantizado. A la orden del día, las vejaciones más inenarrables consumían el ánimo de los desmembrados cuerpos.
El piso gelatinoso, exhibía las marcas por dónde los verdugos transitaban y efectuaban su tarea.
Cuando ya no quedaba espacio dónde infligir dolor. Cuando todos los huesos habían sido quebrados, la piel desollada y los miembros mutilados se procedía a la cremación.
Un ceibo calderero era el receptáculo. Su madera fibrosa de espinas cumplía un doble propósito. Maltratar a las víctimas desgarrándolas y cómo combustible en la hoguera .
Pero eso no era todo. Lejos de concluir, el ciclo se repetía por toda la eternidad..
Vida, muerte, premio, castigo. Variables de una ecuación sin nombre, que habita en la memoria del tiempo, y de la cual los humanos somos su triste música.

Esteban Silva

1 comentario:

  1. Natalia Krabica Este si que es gris...no hay savia ni nada verde :(


    Irina Laura Silva: Vas puliendo los remates, es evidente. leiste "El infierno" de Dante? Ah, anoche vi en Encuentro (ya no sé cuántas veces) la entrevista a Borges(era su aniversario de cumpleaños) Me quedó el bocho limado de oirlo. Y me acordé de vos (qué culo que te asocien a Borges...jeje)

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