martes, 30 de agosto de 2011

CO2



¡Vamos a quemar las naves!. O mejor dicho vamos a mandarlas a desguace. A la India.
A desmontar esas estructuras oxidadas para sacarles provecho. Con los materiales combustibles haremos una pira enorme. Que se note. Las columnas de humo tiñendo el cielo azul de azabache. Los residuos tóxicos fluyendo por el suelo fértil. No nos detendremos ante voces alarmistas. Tenemos toda una eternidad para reparar.
Acabemos con los recursos naturales. Este es nuestro tiempo. Sólo cuando la última gota de petróleo se encienda en un carburador nos veremos satisfechos. Sacrificaremos todos los recursos en pos de mover la rueda. Plantemos dónde haya bosques. Y dónde no haya nada, construiremos ciudades. Desordenadamente, pero con ímpetu. No nos preocupemos por la contaminación. Ya habrá soluciones al alcance en su momento.
Dejemos el planeta yermo, estéril. Y desde un lugar cómodo en una órbita geoespacial, recitemos una oda a la nueva luna.

Esteban Silva

2 comentarios:

  1. esta entrada me impulsa sensaciones ambigüas. Si me hubiera adelantado un poquito más a la Historia, habría sido capaz de sacrificar muchas cosas por visitar un complejo siderúrgico de la antigua Unión Soviética. Pero ahora, la verdad, ha perdido su encanto. Saludos

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