viernes, 27 de abril de 2012

S/T




El triste despertar de la ciénaga
arrojó cuerpos a su paso
En una diatriba premeditada
se atrincheraron para atacar
A una generación de pabellones rojos
y arrebatos

Intentado tapar el hueco de sus sombras
construyeron otro mundo
dónde los impíos no reinaban
Tan sólo los huesos enmohecidos
esperaban por su sangre
en el anonimato de un registro
a sabiendas

Faro sinóptico
aullidos del pasado
Siempre presente
en la memoria de los justos

Esteban Silva

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