lunes, 7 de mayo de 2012

La "13"




La “13” es una línea fantasma que opera el recorrido CHACARITA-BAJO FLORES.
Digo fantasma, porque a lo largo de su historia ha ido reduciendo drásticamente sus unidades. Hoy en día, aunque cueste creerlo, tan sólo cuenta con un vehículo.
Estas consideraciones generales, pueden rastrarse en el Museo de Colectivos de Buenos Aires. En principio, me asombró la falta del número trece de entre las principales líneas que surcan el suelo capitalino. Supuse, como era de esperar, que tal número no se encontraba entre las preferencias del porteño común. Por tal motivo, arriesgué, debe haber sido suprimida de los recorridos urbanos. Pero indagando un poco pude dar con la historia errante de la malograda empresa.
Para mediados de los 40´, cuando la mayoría de las empresas de tranvías re-emplazaban sus unidades por colectivos, la línea 13 era una modesta, aunque pujante transportadora.
Con doce unidades entre su flota, cubría el trayecto que une a los dos cementerios más importantes de Buenos Aires. A través de los años, su recorrido no ha sufrido grandes modificaciones. En escasos cuarenta y cinco minutos, la distancia que separa a las dos necrópolis, es salvada sin mayores obstáculos.
Amén de la superstición común del porteño a pie, la línea tuvo un golpe mortal con la incorporación al recorrido de la línea “ 44”.
Es que esta última empresa, recorre casi sin diferencias , el mismo trayecto. Si a esto le sumábamos una considerable superioridad de unidades y frecuencias, el desenlace sería inevitable. A pesar de ello en los años ochenta aun circulaban en la “13” dos unidades.
Un viejo 1114 de Mercedes y un Bereford adquirido en remate, a la disuelta “ Corporación de Transporte”.
En los noventa, sin embargo, rara vez se dejaba ver por horas de la noche su última unidad. El viejo colectivo, aún recorría los dos polos mortuorios con una frecuencia cercana al charter. Su color rojo y celeste descascarado, las ventanas en diagonal, su interior abovedado , llamaban profundamente la atención. Quien subiese para la época en este vehículo estaría siendo transportado automáticamente treinta años atrás.
Con la incorporación de la nueva señalización, las paradas de colectivos suprimieron en sus carteles toda referencia a la línea. Desde ese momento, su existencia, pasó a ser sólo un secreto a voces.
Limitado por las reglamentaciones vigentes, pasó a la clandestinidad un febrero del año dos mil y uno. De nada servirían las filigranas ornamentales que obraban cómo salvaguarda. Los profusos adornos demodé que eran él lei motiv de su subsistencia. La imposibilidad de implementar la máquina expendedora de monedas, resignó sus escasas posibilidades. Desfasado en el tiempo, y con tan solo veinte lugares capacidad, su antigua anatomía no se adaptó con las exigencias actuales.
Y podría ser una de las tantas historias de decadencia a las que estamos acostumbrados, si no fuese porque días pasados, me enfrenté cara a cara con la desaparecida unidad.
No estaba cómo antes debo decir. Lucía un intimidante color negro, en la cerrada noche que ofrecen las sombras de los jacarandaes . De aspecto brillante, su interior reflejaba en tonos rojizos los cristales empañados.
Yo esperaba cómo de costumbre al “47” en la cara Oeste del cementerio. El frío arreciaba por el escarpado de las vías del tren. Y me tenté de pararlo, no voy a negarlo.
Tal vez, por la poca velocidad a la que circulaba vacío, o ese pizcar de luces con que pareció reconocerme es que no lo tomé.
Me dio un poco de zogaca para ser sincero…

Esteban Silva




6 comentarios:

  1. que buen relato Esteban, ... tiene todos los aditivos para ser el bondi fantasma q circula por las calles de buenos aires después de la medianoche y que te lleva por lugares lejanos... esos q ya no están.

    ResponderEliminar
  2. Una especie de " El holandés errante"..

    ResponderEliminar
  3. jaja muy bueno, qué numerito que asusta por cierto!

    ResponderEliminar
  4. Kari Lina: Me hizo acordar al cuento del bondi de Parque Chas...
    Como me gustó... tus cuentos cortos son excelentes amigo.

    ResponderEliminar
  5. Florencia Brandam Méndez; Muy bien, Esteban Silva!!!!

    ResponderEliminar
  6. Agustina Talarico: Me encantó! Un cuento muy de esos cortos de Cortázar que te dejan con ganas de más..

    ResponderEliminar