viernes, 9 de septiembre de 2011

Chacal



Hay una lectura pormenorizada de los textos clásicos y hay una lectura a vuelo de pájaro. Frecuentemente incurro en esta última. Tratando de compatibilizar la enseñanza con el gusto personal, es común que abrevie la lectura en aquellos párrafos que son de mi interés. Tampoco respeto la estructura propuesta por el autor. Puedo ir de la página final al prólogo en un salto. Y de éste al corpus del relato sin mayores reparos. Después, si la obra es de mi interés, la re construyo en sus partes originales. Mastico sus palabras hasta obtener el sabor preciso. Memorizo alguna de sus frases célebres, que por días habitan el universo indómito de mi memoria. ¿ Qué espero de ello?, no lo sé.
También sucede lo mismo con el cine. Apenas salgo de la sala, analizo con detalles la narrativa. Evalúo el desempeño de los actores, la originalidad del libreto, la fotografía que entrega. Y también, el mensaje subyacente perdura por un tiempo. ¿Qué quiero decir con esto? .Que toda obra de arte es una puerta de entrada al conocimiento, y que dicho conocimiento es el punto de partida a la re elaboración de una idea. Es la evolución de las letras y del pensamiento. A veces, cuando la iluminación nos alcanza, logramos transmitir un eslabón más a esta cadena de sucesos. Otras, simplemente arañamos la superficie dura de estos conceptos de manera estéril. No hay dónde clavar nuestras garras, nos es impenetrable. En ese momento, en ese preciso momento de pudor abyecto de decoro, me imagino un chacal.

Esteban Silva

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