sábado, 24 de octubre de 2015

Apología


El ser humano es eternamente inconforme.
A tiempo, se cansa de su vehículo.
De su color de pelo.
De sus objetos personales y enceres.
De las amistades pasajeras y sus círculos.
De las anécdotas e historias.
De sus libros preferidos.
De aquellas músicas y recitales.
De sus creencias y principios.
De los colores y sabores.
De los nombres y verdades proferidas.
De su edad y corrupción manifiesta.

La única solución a tal problema
es no atesorar
no hacer de uno lo ajeno
y lo propio, como parte del yo
No creer en nada
En nadie
Solo sentir y sentirse parte
de ese universo restricto
llamado vida.

Esteban Silva

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