sábado, 26 de noviembre de 2011

Tempestad


Una vela desplegada en altamar. De ribetes de seda y colores chillones. Hecha jirones.
Sacrificar una vida de suceso por un ideal. Sin convencimiento. Por obligación, por desdén.
Ocupándose de aquello , que la atención solícita requiera.
El rumbo fijo, a ningún lugar. Un horizonte de tormentas aguarda.
Nubes socarronas esconden climas adversos.
Y en la quietud de una pausa, dónde la reflexión ensaya excusas infalibles, un rayo de luz desgarra lo efímero de la dicha.

Esteban Silva

2 comentarios:

  1. Y en la quietud de una pausa, dónde la reflexión ensaya excusas infalibles, un rayo de luz desgarra lo efímero de la dicha.

    Este final es buenísimo ~
    Un beso o 2 #

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